La tierra y el ángel


Tú, como si de un ángel caído se tratara,
pones pies puros en tierra de rojo carbón.

Tus verdes ojos miran asombrados tu alrededor,
son cenizas ya esas casas que habitaban en tu memoria,
son polvo tanto tus amarillos huesos quebrados como el rojo presente.

Derramas lágrimas de tristeza al oír niños gritar,
mientras el fuego del sol escupe entre la niebla.

Piensas que en tu corazón no hay fuego igual,
pero personas capaces de tal mal no sufren de fuego,sino de hielo,
son pensares congelados al son de niños gritando en un bosque,
pregando al puro silencio, al vacío total, algo de paz.

Y no hay nada en ti que no pueda pedir clemencia.

-¿Pero ángel, dónde vas? ¡Esta no es tierra para vos!
-¿Y cual es mi tierra, sino la del dolor?